Los desayunos tardíos o los almuerzos tempranos los ingleses lo denominaron ‘brunch’. Muestra de la apertura de la ciudad al mundo, Sevilla también ofrece hoy día este suculento picoteo de media mañana.
El origen del brunch (mezcla de los términos anglosajones breakfast y lunch) es disputado por ingleses y estadounidenses desde su aparición. Un desayuno abundante y tardío, muy propio de domingos y festivos, que se ha convertido en tendencia gastronómica internacional.
El brunch típico suele ser una combinación de sabores dulces y salados. Su versión más clásica está protagonizada por unos huevos a la Benedictine (huevos escalfados, sobre tostada de pan con base de bacon frito y cubiertos de una fina bechamel, o salsa holandesa), todo ello regado de zumos y algunos cócteles como el tradicional Bloddy Mary o Mimosa. En Sevilla esta suculenta oferta suele venir acompañada de una tostada de jamón y un cortado.
¿Quién no se ha levantado un domingo algo más tarde de lo habitual y ha pensado que ya no es hora para un desayuno al uso? Si lo piensas, el brunch también puede ser una tradición sevillana.
En Sevilla esta suculenta oferta viene acompañada de una tostada de jamón.
tweetEn la zona que va desde la Alameda de Hércules a la Setas, se concentran un abundante número de establecimientos que permiten disfrutar de este desayuno tardío. Ofertas a la carta de huevos escalfados, tostadas de aguacate, smoothies y zumos se pueden degustar en el centro de Sevilla.
Algunos de los lugares más populares son ‘KÖK tu cocina’, ubicado en calle San Luis, La Cacharrería o Perro Chiko, ambas en la emblemática calle Regina o el Restaurante San Fernado del icónico Hotel Alfonso XIII.