Sevilla es una ciudad milenaria en la que diferentes civilizaciones y culturas han dejado su impronta. Habitada por tartesos, romanos, musulmanes, cristianos y judíos fue conformándose un patrimonio desconocido que se ha ido recuperando y que se puede visitar en los diferentes museos de la ciudad.
A la Sevilla romana se accede desde uno de los edificios más vanguardistas de la ciudad: el Metropol Parasol. En el Antiquarium, el yacimiento arqueológico más importante de esta etapa, se conservan mosaicos de la Casa Romana, la Casa de la Ninfa y la Casa de Baco, así como un mural de tres metros en el Patio del Océano y el Hospitium de los Delfines. Vestigios de la época andalusí se conservan también en ese espacio, que conserva una casa islámica almohade.
Otro lugar en el que descubrir el legado del imperio romano en la ciudad es el Museo Arqueológico.
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El Museo Arqueológico, un edificio neo-renacentista diseñado por Aníbal González, guarda una de las colecciones más importante de restos de la época romana e hispanorromana procedentes de excavaciones de Itálica y otros puntos de la provincia. Una de las joyas expositivas que se muestran es el Tesoro de El Carambolo, de época tartésica, que ahonda aún más en la historia hispalense. Cerrado al público por obras de ampliación y renovación, continúa temporalmente desarrollando sus labores de difusión y comunicación desde la sala de exposiciones de Santa Inés.
Ha sido impasible al paso del tiempo en el Real Alcázar. Sin embargo, el Palacio de los Marqueses de la Algaba es uno de los mejores exponentes del arte mudéjar civil de la ciudad. Aquí se exhiben piezas procedentes de otros museos y monumentos sevillanos con los que conocer su importancia en Sevilla. Mientras que los restos de la Sevilla Almohade se aparecen en la que fuera la sede de la Santa Inquisición Española a finales del siglo XV, el Castillo de San Jorge.
Sevilla fue el puerto de salida hacia el Nuevo Mundo y la actividad naval tuvo su impronta no sólo para forjar el carácter de los sevillanos sino también para convertir a la ciudad en potencia naval. La herencia de la Sevilla marinera se puede visitar en la Torre del Oro, donde se guarda una amplia gama de elementos relacionados con las artes náuticas, retratos de personajes ilustres, maqueta de navíos, vistas del puerto sevillano y una gran cantidad de documentos epigráficos.
Y también se puede conocer en el Pabellón de la Navegación, que se construyó para la Exposición Universal de 1992. Aquí se narran historias y experiencias vividas por algunos de los navegantes que partieron del puerto hispalense para vivir aventuras en el Nuevo Mundo.
La ciudad ha sido tanto cuna de artistas como fuente de inspiración para ellos. Todo ese imaginario plasmado en obras pictóricas y escultóricas se puede visitar en el Museo de Bellas Artes. El edificio en sí es una bella obra arquitectónica muestra del manierismo andaluz, y en su interior alberga una colección de obras pictóricas que van desde el gótico español hasta la primera mitad del siglo XX.
El vasto patrimonio costumbrista sevillano del siglo XIX que alberga la Casa Fabiola-Museo Bellver nos dará cuenta de una ciudad más contemporánea, a través de las casi seiscientas piezas que guarda entre sus muros esta casa palacio.
La Casa Fabiola-Museo Bellver nos da cuenta de una ciudad más contemporánea
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Pero, para conocer el patrimonio etnológico andaluz, y dar cuenta del carácter de los y las sevillanos, el Museo de Artes y Costumbres Populares es visita obligada. El Pabellón Mudéjar, que Aníbal González realizó con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y que se ubica en el Parque de María Luisa, muestra las expresiones materiales e inmateriales de la cultura andaluza y sevillana.
No sólo la Sevilla vanguardista, sino también la que sabe dialogar con otros artistas, es la que se muestra en el Centro Andaluz del Arte Contemporáneo. Un espacio que en su día albergó a milagrosa aparición de la Virgen, que fue convento y fábrica de loza y porcelana, es hoy el lugar donde se muestran las obras plásticas más vanguardistas y actuales.
Sevilla es una ciudad poliédrica, y las costumbres y tradiciones que se viven intensamente en la ciudad hacen que estas particularidades sean expuestas en museos específicos: la Sevilla artesana se muestra en el Centro Cerámica Triana, en el barrio en el que vivieron y del que salieron las mejores piezas de cerámica; la Sevilla flamenca se conoce a través del Museo del Baile Flamenco que levantó la bailaora Cristina Hoyos; la Sevilla taurina y caballeresca se muestra en las salas expositivas de la Real Maestranza de Caballería; mientras que la herencia de la Sevilla militar se visita en la Plaza de España, con una colección procedente fundamentalmente de las Unidades Centros y Organismos que otrora se ubicaban en la capital hispalense.
