La creación del Centro Cerámica Triana persigue representar la historia de la tradición alfarera en Triana, así como servir de centro neurálgico de recepción, interpretación y estructuración de la visita al barrio. Todos los elementos con significado arqueológico, antropológico y arquitectónico son mostrados en su contexto original: los hornos han sido restaurados y puestos en valor, y se conservan los recorridos y las relaciones de las distintas profesiones que se aunaban en la misma localización. La propuesta arquitectónica se organiza desde la puesta en valor del conjunto, así como otros de indudable valor espacial, etnológico y antropológico. El centro cuenta con dos plantas: la baja, en la que se muestra una exposición permanente y visita de los restos puestos en valor para la interpretación de la cerámica sevillana; y la planta alta, centro de documentación especializado, así como un espacio para la interpretación y guía de los itinerarios turísticos del barrio de Triana.
Ocupa el lugar donde se asentaba la emblemática fábrica de Santa Ana.
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