No te imaginas lo que hay detrás de sus murallas... un conjunto de palacios, fortalezas y jardines que perduran desde tiempo inmemorial como testigos de la historia de la ciudad.
Todo el que haya estado aquí te lo podrá confirmar: el Real Alcázar de Sevilla te transporta a diferentes épocas, una experiencia que no olvidarás en tu vida. Vas a conocer sin duda uno de los complejos monumentales más espectaculares que existen en el mundo.
El Real Alcázar ha sido el lugar elegido por diferentes civilizaciones, culturas, y por sus dinastías, como centro de poder: desde los almohades hasta los reyes cristianos han dejado aquí su legado para la historia. Un fantástico ejemplo lo tenemos en el maravilloso Palacio Mudéjar que construyó Pedro I.
Los poéticos nombres de los espacios del Alcázar no te parecerán caprichosos, sino fieles a las sensaciones que te producirán: Patio de las Doncellas, Cuarto del Príncipe, Patio de las Muñecas, Salón de Embajadores, Sála Gótica de fiestas, Salón de Tapices, Estanque de Mercurio, Jardín de la Danza, Jardín de los Poetas... Tienes que venir a comprobarlo.
En su interior se suceden patios y jardines de ensueño.
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El Real Alcázar de Sevilla está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
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Aún hoy posee dependencias reales en uso, siendo por ello el palacio real en activo más antiguo de Europa.
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En él se han desarrollado numerosos rodajes: el cine y la televisión han sucumbido también al poder seductor de sus salones, patios, fuentes... Ha sido el reino de Dorne en la serie Juego de Tronos.
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En sus jardines centenarios viven en completa libertad una población de pavos reales (todo es regio en este lugar).
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Los Baños de Doña María de Padilla encierran una emocionante leyenda: aquí se bañaba esta noble dama, amante de Pedro I. Tanto la amaba el rey que hizo que las Cortes la proclamaran reina una vez muerta.
- En los Jardines del Real Alcázar de Sevilla existe un singular órgano de agua.
- Tras su segundo viaje a América, Cristóbal Colón fue recibido en la Sala de Audiencias del Alcázar.
- El Patio de las Muñecas recibe su nombre por los pequeños rostros que pueden apreciarse en uno de sus arcos.
